SECUESTRO EN DOS DIMENSIONES

Seco y vacío, así me sentía conforme descubría ese mundo que solo había estado oculto para mí. Víctima de una traición inconsciente, como el niño al que todos ocultan sus planes tras el colegio, cobardía conspiradora alentada desde el momento primero.

Una y otra vez miré pero no vi, una y otra vez mire pero no vi, una de esas veces si acaso a entrever alcancé, te hablé, pero te volviste eco, eco, eco.

Mientras, dibujabas un mundo a trazos inconstantes, te mostrabas, lo mostrabas, pero yo en otra galaxia, aunque muy próxima, no percibía onda alguna orbitando a la desesperada.

La órbita se ensancha pensé cuando empecé a divisar lugares desconocidos. Me escapé de la caverna de los mitos, rompí mi cárcel de 3 dimensiones descubriendo imágenes libres que habían germinado durante meses en un paraíso bidimensional trazado a medida.

A pie de página la radiografía reveló pensamientos y nombres, personas conocidas bajo un disfraz que a penas un poro tapaba y a mí, contemplando mi patria, aquella en la que nunca nací, ni crecí y que me condenó sin defensa posible al exilio, un día sin noche, sin tarde, sin mañana.

nueve